Corazón de Ulises
La lectura de Corazón de Ulises del escritor Javier Reverte supone viajar con la imaginación pero también viajar a través del tiempo, retrocediendo a tiempos lejanos, miles de años antes de nuestra era en los que, en ocasiones, se mezclan relatos históricos fabulosos con apasionantes leyendas que han permanecido durante siglos en nuestra cultura occidental y han contribuido a dar forma y servir de referencia a la literatura universal.
Para los que nos decantamos por las asignaturas de letras y además nos apasionan los viajes, leer este libro significa disfrutar doblemente, ya que en él se unen de una manera magistral la narrativa de viajes con la descripción de la antigua civilización griega y su transcendencia para el desarrollo del arte, la cultura, la filosofía y la literatura desde entonces hasta el presente.
Para los que nos decantamos por las asignaturas de letras y además nos apasionan los viajes, leer este libro significa disfrutar doblemente, ya que en él se unen de una manera magistral la narrativa de viajes con la descripción de la antigua civilización griega y su transcendencia para el desarrollo del arte, la cultura, la filosofía y la literatura desde entonces hasta el presente.
Este libro se publicó en 1999, después de que su autor, Javier Reverte, realizara un apasionante viaje por Grecia, Turquía y Egipto, siguiendo las huellas de antiguos héroes y dioses de la mitología griega, que llegamos a conocer gracias al poeta Homero.
Como dice el autor: "Cuando viajas literariamente recorres tres veces, al menos, el camino: al idearlo, al pisarlo y al escribir de regreso. Sin duda, es la forma más rentable de viajar".
Y de esta forma tan original nos va contando su aventura en solitario, siguiendo los pasos de personajes de La Ilíada y La Odisea, famosas y clásicas obras del genial Homero.
El recorrido, casi siempre en barco, incluye el Peloponeso, el Mar Egeo, Creta, Rodas, la costa oriental de Turquía, las orillas del Mar Negro, el norte de Grecia, Atenas, Corinto, Patras, Ítaca y Alejandría, ciudad fundada por Alejandro Magno en Egipto.
Hay lugares que son bellos porque sí, por sus paisajes, sus colores, sus atardeceres, el mar que los baña... sin embargo, hay otros que, en el presente, han dejado de resultar atractivos a simple vista, pero siempre conservarán ese halo de hermosura que tuvieron en su día, para las personas que guardan como un tesoro las imágenes forjadas en su mente por los relatos, tantas veces leídos, acerca de esos territorios.
Como en el caso de Troya, o las pocas ruinas que quedan de ella, descubiertas gracias al empeño del excéntrico millonario Heinrich Schliemann, que se propuso descubrir el lugar donde se alzó la ciudad de Troya o Ilión y demostrar así que La Ilíada no se trataba de una simple leyenda. Al llegar allí, Javier Reverte rememora las escenas en las que participaron héroes como Aquiles, Menelao, Agamenón, Paris, el valiente Héctor o Ulises entre otros, durante la guerra de Troya.
Y de entre todos estos personajes, es precisamente Ulises (Odiseo), que después se convertirá en el protagonista de La Odisea, con el que más identificado se siente nuestro escritor, posiblemente por tratarse de un gran viajero como él, aunque, en el caso de Ulises sea de manera involuntaria, pues se perdió con su tripulación en el mar y estuvo vagando durante diez años por diferentes lugares, hasta que por fin pudo regresar a su querida patria Ítaca.
Y es en Ítaca donde acaba este fabuloso recorrido literario el narrador de este libro, que allí sentado a la sombra de un pino nos dice: "¡Qué hermoso es escribir, con ganas de escribir, debajo de un árbol, en un territorio que apenas conoces, y en soledad, mientras el mar se mece delante de tus ojos!"
Como dice el autor: "Cuando viajas literariamente recorres tres veces, al menos, el camino: al idearlo, al pisarlo y al escribir de regreso. Sin duda, es la forma más rentable de viajar".
Y de esta forma tan original nos va contando su aventura en solitario, siguiendo los pasos de personajes de La Ilíada y La Odisea, famosas y clásicas obras del genial Homero.
El recorrido, casi siempre en barco, incluye el Peloponeso, el Mar Egeo, Creta, Rodas, la costa oriental de Turquía, las orillas del Mar Negro, el norte de Grecia, Atenas, Corinto, Patras, Ítaca y Alejandría, ciudad fundada por Alejandro Magno en Egipto.
Hay lugares que son bellos porque sí, por sus paisajes, sus colores, sus atardeceres, el mar que los baña... sin embargo, hay otros que, en el presente, han dejado de resultar atractivos a simple vista, pero siempre conservarán ese halo de hermosura que tuvieron en su día, para las personas que guardan como un tesoro las imágenes forjadas en su mente por los relatos, tantas veces leídos, acerca de esos territorios.
Como en el caso de Troya, o las pocas ruinas que quedan de ella, descubiertas gracias al empeño del excéntrico millonario Heinrich Schliemann, que se propuso descubrir el lugar donde se alzó la ciudad de Troya o Ilión y demostrar así que La Ilíada no se trataba de una simple leyenda. Al llegar allí, Javier Reverte rememora las escenas en las que participaron héroes como Aquiles, Menelao, Agamenón, Paris, el valiente Héctor o Ulises entre otros, durante la guerra de Troya.
Y de entre todos estos personajes, es precisamente Ulises (Odiseo), que después se convertirá en el protagonista de La Odisea, con el que más identificado se siente nuestro escritor, posiblemente por tratarse de un gran viajero como él, aunque, en el caso de Ulises sea de manera involuntaria, pues se perdió con su tripulación en el mar y estuvo vagando durante diez años por diferentes lugares, hasta que por fin pudo regresar a su querida patria Ítaca.
Y es en Ítaca donde acaba este fabuloso recorrido literario el narrador de este libro, que allí sentado a la sombra de un pino nos dice: "¡Qué hermoso es escribir, con ganas de escribir, debajo de un árbol, en un territorio que apenas conoces, y en soledad, mientras el mar se mece delante de tus ojos!"
Comentarios
Publicar un comentario