El héroe discreto

Esta novela del escritor y premio nobel de literatura Mario Vargas Llosa se publicó en 2013 y está ambientada en dos ciudades de Perú, tierra natal del autor, una es Piura y otra la capital, Lima.

El título de esta obra, "El héroe discreto", hace referencia a Felícito Yanaqué, pequeño empresario de Piura que recibe unas extrañas cartas anónimas en las que se le intenta chantajear, aunque él no se da fácilmente por vencido. De esta manera comienza la historia que poco a poco se va enrevesando, a la vez que se introducen nuevos personajes que, en cierta medida, compiten por el puesto de protagonista con Felícito, como es el caso de Ismael Carrera, un próspero hombre de negocios, que posee una compañía de seguros en Lima y una situación bastante acomodada, pero al que sus propios hijos le tienen amargada la vida.

Estos dos hombres, bastante distintos en cuanto a educación y posición social coinciden, sin embargo, en unos ideales que llevan arraigados en lo más profundo de su ser. No están dispuestos a dejarse pisotear por nadie, aunque eso incluya a miembros de su propia familia.

Vargas Llosa nos narra en esta novela una historia dramática pero, a la vez, con sentido del humor, utilizando bastantes expresiones típicas de su patria, con las que consigue romper el dramatismo que, en ocasiones, se apodera del argumento.

También aparecen otras personas bastante relevantes en esta obra, don Rigoberto, doña Lucrecia y Fonchito, viejos conocidos de los lectores de este autor al ser protagonistas de otras novelas suyas. Podría decirse que luchan por el papel principal y su historia llega a ser igual de interesante que las de los otros personajes. Tienen relación directa con Ismael Carrera, de ahí su aparición en la trama, don Rigoberto trabaja en la empresa de Ismael y también es íntimo amigo suyo; por eso se ve involucrado en las consecuencias de la venganza que organiza su jefe para vengarse de sus propios hijos, los mellizos Miki y Escobita.

Según va avanzando la novela, el argumento se hace más interesante y la intriga engancha al lector, sin embargo al acercarse el final, la sensación que produce es de no querer que termine, sobre todo por lo entrañables que son algunos de sus protagonistas, como don Rigoberto, apasionado de la cultura, la música, el arte, su mayor ilusión es viajar a Europa y disfrutar de su rico patrimonio artístico junto con su familia.

Desde luego, dan ganas de seguir leyendo las anécdotas que les ocurren a estos peculiares personajes, creados por la imaginación de Mario Vargas Llosa.

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