Ávila y Santa Teresa

Pertenece al grupo de las quince ciudades Patrimonio de la Humanidad que tenemos actualmente en nuestro país, está situada en la comunidad de Castilla y León y es la capital de provincia más alta de España, a 1131 metros sobre el nivel del mar. Por esa razón, cuando viajamos a Ávila es lógico pensar que vamos a necesitar ropa de abrigo, sobre todo por la mañana, no obstante en abril cuando aparece el sol calienta con ganas, así que es habitual tener que quitarse y ponerse el abrigo de vez en cuando.

Ávila posee los títulos de "Ávila del Rey", "Ávila de los Leales" y "Ávila de los Caballeros", todos ellos presentes en la bandera de la ciudad. Su seña de identidad es la Muralla medieval que rodea al casco antiguo con 2,5 kilómetros de longitud, 88 torreones y 9 puertas, es el símbolo universal y el monumento más destacado de la ciudad, es el recinto amurallado mejor conservado de España y se construyó con carácter defensivo. Para su construcción, en algunos tramos, se aprovecharon piedras procedentes de un antiguo cementerio romano (necrópolis).

La Muralla tenía un segundo cinturón defensivo hacia el interior, formado por los palacios de la nobleza y el clero, como ejemplo está el Palacio de los Dávila, palacio medieval fortificado, adosado a la muralla, en el que destaca la galería-mirador abierta sobre la puerta del Rastro.


Fachada posterior del Palacio de los Dávila
Al tratarse de una ciudad más bien pequeña comparada con otras de España, es fácil recorrer sus calles a pie para admirar su belleza medieval y detenerse a contemplar el exterior y el interior de los monumentos que vamos encontrando por el camino.
Comenzando, en este caso, por la Basílica de San Vicente, declarada Monumento Nacional en 1882. Es uno de los templos románicos más destacados de toda España, su construcción comenzó en 1120, se cree que el arquitecto principal de esta obra fue el francés Giral Fruchel. Para su construcción se utilizó piedra caleña, de tonos amarillentos y anaranjados.

Basílica de San Vicente

Vista trasera de la Basílica de San Vicente
En su interior destaca sobre todo el "cenotafio" de los Santos Hermanos Mártires, un monumento funerario conmemorativo de los santos Vicente, Sabina y Cristeta, es de piedra policromada y una de las obras más sobresalientes de la escultura románica en España.

Plaza de Santa Teresa
Teniendo en cuenta que Ávila es una ciudad que ya de por sí recibe una cantidad importante de turistas cada año, con mayor motivo en 2015 debido a la conmemoración del V Centenario del nacimiento de Teresa de Jesús. La Santa, como la conocen los abulenses, nacía en Ávila el 28 de marzo de 1515; esta ciudad está marcada por la fuerte personalidad de esta sabia mujer, adelantada a su época, inteligente y culta. En un mundo dominado por hombres ella consiguió imponerse, a lo largo de su vida escribió ocho libros y unas 500 cartas en las que podía expresar lo que pensaba, ya que no le estaba permitido predicar. 
En 20 años recorrió todos los caminos de España fundando 16 conventos, siendo el primero el de San José, en Ávila, para su proyecto necesitó la ayuda de familiares, amigos y miembros de la nobleza.


Convento de San José
Pared de la casa de Santa Teresa

Siguiendo nuestra ruta por la ciudad a través de plazoletas y callejuelas en las que nos cruzamos con otros grupos de turistas atraídos también por la historia y el rico patrimonio artístico de Ávila, aparece ante nuestros ojos la Catedral del Salvador, imponente figura que es al mismo tiempo templo y fortaleza.





Se trata de la primera catedral gótica de España, se construyó sobre los restos de un antiguo edificio dedicado a El Salvador y es en el siglo XII cuando el rey Alfonso VIII encarga la ampliación al arquitecto francés Fruchel. La construcción es de estilo borgoñón, es de planta de cruz latina, con tres naves, crucero y cabecera semicircular de doble girola, con capillas entre sus contrafuertes.
Merece la pena visitar el interior del templo, si es posible en compañía de un guía profesional que nos describa  con detalle los diferentes estilos arquitectónicos, los recursos artísticos y la ornamentación del Trascoro, la Girola, el Coro, el Retablo del Altar Mayor, la Sacristía...
Nada más entrar a la catedral llama la atención un cuadro que representa la muerte de Santa Teresa, pintado por Isabel Guerra. Esta pintura, cuyo título es "Y el almendro floreció" nos muestra a la Santa sostenida por los brazos de su amiga Ana de San Bartolomé y según la tradición carmelitana en el momento de su muerte, en el frío otoño de Alba de Tormes, un almendro de la huerta del convento que nunca había florecido, se cubrió de repente de un manto de flores, por primera y única vez.



Ya sea por motivos religiosos o por afición a la historia del Arte, está claro que la ciudad de Ávila no deja indiferente a nadie, por algo fue declarada Ciudad Patrimonio de la Humanidad. Recorriendo sus calles empedradas parece haberse detenido el tiempo, merece la pena dar un paseo también por los alrededores de la Muralla, por la parte exterior se puede contemplar una bella perspectiva del paisaje que la rodea, lejos de los edificios modernos construidos a su alrededor.



Más información en:
www.avilaturismo.com
www.ciudadespatrimonio.org

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