Un día en Toledo

Antigua, histórica, medieval, imperial en su momento, capital de España con Carlos V hasta 1561, crisol de culturas, donde judíos, musulmanes y cristianos dejaron su legado para la posteridad. El gran Benito Pérez Galdós, del que se cumple el centenario de su muerte este año, era un enamorado de Toledo, escribió varias obras en las que la acción transcurre en esta ciudad y la describió de esta manera: "Toledo es una historia de España completa, la historia de la España visigoda, de los cuatro siglos de dominación sarracena, en el centro de la Península, del viejo reino de Castilla y León, de la monarquía vasta fundada por los Reyes Católicos y, por último, de ese gran siglo XVI, que es el siglo español".


En la actualidad es la capital de Castilla La Mancha y, desde 1986, Ciudad Patrimonio de la Humanidad; rodeada por el río Tajo, al que se asoma desde sus miradores y puentes, como el de Alcántara (en la imagen superior), de origen romano, restaurado y modificado en varias ocasiones, declarado Monumento Nacional en 1921 o el de San Martín (en la inferior), del siglo XIV, con cinco arcos apuntados y dos torreones hexagonales, Toledo está hecha para recorrerla a pie, despacio, con tranquilidad, parándose las veces que sea necesario a contemplar los numerosos atractivos que posee, lo ideal es pasar al menos dos días allí, pero en este caso, se trató de una jornada.


Entramos al Casco Histórico por la emblemática Puerta de Bisagra, de origen musulmán, reconstruida en el reinado del emperador Carlos I de España y V de Alemania, por el arquitecto Alonso de Covarrubias. La parte exterior está formada por un arco de triunfo coronado por el escudo imperial, con el águila bicéfala y flanqueado por dos torreones semicirculares.



Es aconsejable hacer una parada en la Plaza de Zocodover, lugar de reunión de toledanos y visitantes, punto de partida para recorrer la ciudad, eligiendo bien el itinerario, para aprovechar al máximo el tiempo del que disponemos. Su nombre procede del árabe y significa "mercado de las bestias", porque en ella se instalaba el típico zoco o mercado de ganado, en la Edad Media se celebraban fiestas, como la cucaña, también corridas de toros e incluso ejecuciones. Actualmente, en condiciones normales, estaría llena de gente desayunando, tomando el aperitivo o la merienda, dependiendo de la hora, en alguna de sus terrazas.


El primer monumento majestuoso que se ve, tanto desde la plaza de Zocodover como desde diversos ángulos de la ciudad, es el famoso Alcázar de Toledo, un edificio colosal, construido en lo más alto, con carácter defensivo en sus orígenes, ya existía en época romana una fortaleza en este lugar y en tiempos de dominación árabe se convirtió en alcazaba, a lo largo de la historia ha sido transformado y reconstruido en varias ocasiones por los diferentes monarcas que habitaron en él. En el siglo XIII, el rey Alfonso X "El Sabio", del que se cumplen 800 años de su nacimiento en 2021, fue el que decidió darle forma de cuadrilátero, reforzando sus ángulos con torres cuadradas; este monarca se interesaba mucho por la cultura y dio un gran impulso a la Escuela de Traductores, en la que se traducían obras del árabe y hebreo al latín y al castellano.


No obstante, fue en el siglo XVI, en tiempos del emperador Carlos V, cuando el edificio sufrió su mayor transformación y pasó de ser un castillo medieval a una flamante residencia palaciega, el encargo se hizo al arquitecto Alonso de Covarrubias ya en el Renacimiento español, de sus cuatro fachadas, cada una tiene un estilo artístico diferente. Eso sí, desde entonces, este monumento que podemos admirar hoy en día, ha sido restaurado en diversas ocasiones, al menos su exterior, ya que fue destruido por varios incendios y guerras, entre ellas la Guerra Civil. En el interior nada queda que nos recuerde a un palacio, ya que ahora alberga el Museo del Ejército y la Biblioteca de Castilla La Mancha.


Recorrer las calles de Toledo significa retroceder en el tiempo, sentir el hechizo del pasado, las reminiscencias de otras culturas que habitaron este lugar enigmático, el cual inspiró tanto a Bécquer para escribir sus leyendas. Y es, precisamente, callejeando, cuando nos encontramos con este peculiar edificio, "La Posada de la Hermandad", que también ha inspirado leyendas y obras de misterio a algunos escritores a lo largo de su historia. La Hermandad Vieja, formada por leñadores y ganaderos surgió en tiempos de Alfonso VIII, para proteger los caminos y las tierras de los bandidos que abundaban en esa época; en el siglo XV, los Reyes Católicos crearon la Santa Hermandad Nueva, por eso en su portada está el escudo con el yugo y las flechas, en su interior aún se conservan las viejas mazmorras para los presos.


Otra cosa que caracteriza a Toledo es su artesanía, reconocida a nivel mundial, como los damasquinados, las espadas o sables, que se siguen elaborando artesanalmente en los talleres, para el ejército español y extranjero, la madera, la cerámica y el forjado, que se pueden contemplar y adquirir en sus numerosas tiendas. 
                                                  
                                               
                                                  

Y desde la calle del Comercio, una de las más concurridas de la ciudad, que haciendo honor a su nombre ofrece al visitante diversidad de establecimientos comerciales, nos dirigimos al más notable monumento de la ciudad, en mi opinión, la Catedral de Santa María o Catedral Primada.


La primera vez que estuve en Toledo, hace ya bastantes años, me cautivó su Catedral y aunque la primera impresión es la que cuenta, no por ello deja de fascinarme cuando la vuelvo a ver. Esta grandiosa obra de arquitectura comenzó a construirse en 1226, bajo el reinado de Fernando III "el Santo", en estilo gótico con influencia francesa, la planta es de cruz latina, está compuesta por cinco naves y sostenida por 88 columnas y 72 bóvedas. Está construida con piedra blanca de Olihuelas y las obras terminaron con el cierre de la última bóveda en tiempos de los Reyes Católicos, en 1493, cuando el Cardenal Mendoza era arzobispo de Toledo y consejero de la reina Isabel.


La fachada principal es la occidental, situada en la Plaza del Ayuntamiento, se compone de tres puertas, la del Perdón (central), la del Juicio Final (derecha) y la del Infierno (izquierda), en el siglo XVIII se realizó una gran reforma que le dio un aire neoclásico. En la fachada norte está la Puerta del Reloj, la más antigua de todas, de principios del siglo XIV y en la fachada sur descubrimos la Puerta de los Leones, en la imagen de abajo, de estilo gótico flamígero, la más nueva de todas y para mi gusto, la más bella. Se llama así por los leones que rematan las seis columnas que sostienen la verja.


La Torre Campanario es la única de la catedral, ya que en el lado sur hay una cúpula, construida sobre la capilla mozárabe. La torre tiene 92 metros de altura, es de planta cuadrada, dividida en seis cuerpos, rematada por una flecha en forma de tiara, en su interior se encuentra la famosa campana conocida como "La Gorda", es la más grande de España y una de las anécdotas, que hay sobre ella, dice que la primera vez que sonó se rompieron muchos cristales de la ciudad.


Es indudable que la catedral de Toledo merece un artículo para ella sola, sería imposible resumir aquí tanta belleza, considero imprescindible visitarla por dentro, la sensación es abrumadora, el resplandor que desprenden sus obras de arte intimida y asombra a la vez.
En palabras de Galdós "la Basílica toledana viene a ser como una enciclopedia de catedrales" y como pequeña muestra de todas las maravillas alojadas en su interior, dejo esta imagen del Retablo de la Capilla Mayor, obra encargada por el Cardenal Cisneros entre finales del siglo XV y principios del XVI ; es de estilo gótico flamígero, en madera de alerce, dorado y policromado, representa escenas del Nuevo Testamento.


Es imposible hablar de Toledo sin que salga a relucir El Greco, figura esencial de esta ciudad, uno de los pintores más importantes de la historia, cuyas obras están repartidas en distintos lugares de nuestro recorrido, entre ellos la Sacristía de la Catedral, que alberga el cuadro de "El Expolio", en la Iglesia de Santo Tomé, de estilo mudéjar, (imagen inferior) se encuentra la obra cumbre del pintor, "El entierro del señor de Orgaz o conde de Orgaz", como se le conoce popularmente y es un homenaje a don Gonzalo Ruiz de Toledo, por sus generosas obras de caridad y aportaciones para la reconstrucción de iglesias como ésta, en la que está enterrado. 


El museo del Greco es el único en España dedicado al pintor, está ubicado en el barrio de la Judería y su fundador fue el marqués de la Vega-Inclán, algunas de las obras más destacadas son "Vista y plano de Toledo", la serie del Apostolado y los retratos de los hermanos de Covarrubias. El museo se inauguró en 1912, fue reformado en 2011 y recibe más de doscientos mil visitantes cada año.


Cuando podamos volver a viajar, no debemos olvidarnos del rico patrimonio histórico que tenemos en España, a veces bastante cercano y que no tiene nada que envidiar a otras ciudades del extranjero. Es primordial conocer nuestras ciudades y su historia, porque "para comprender el presente hay que conocer el pasado". 


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