Salamanca

No es de extrañar que la ciudad de Salamanca fuera declarada Patrimonio de la Humanidad en 1988,  ya que salta a la vista, nada más llegar, su rico patrimonio histórico-artístico labrado a base de siglos de historia. Desde los celtas, cartagineses, romanos, musulmanes, judíos y cristianos, todos ellos han dejado su impronta en esta bella ciudad de Castilla y León bañada por el río Tormes. También fue declarada Ciudad Europea de la Cultura en 2002, por lo que desde entonces salmantinos y visitantes han podido disfrutar de una intensa programación cultural; precisamente este año se cumple el XX aniversario de este nombramiento, una buena ocasión para volver a Salamanca.


El casco histórico de esta ciudad se puede recorrer fácilmente a pie, ya que sus edificios más destacados se encuentran cerca unos de otros y aunque en invierno es bastante fría, abrigándose bien, da gusto pasear por sus calles cargadas de arte y de historia. Se puede bajar caminando hasta uno de los puentes que atraviesan el río Tormes, el Puente Romano, construido por los romanos en el siglo I y que forma parte de la Vía de la Plata, desde aquí se puede apreciar una perspectiva de la ciudad con las torres de la Catedral al fondo. 


El sol de la mañana anima a hacer un recorrido por las calles de la ciudad y al llegar a la calle Arcediano descubrimos el "Huerto de Calixto y Melibea", llamado así por los personajes de la novela de Fernando de Rojas "La Celestina", una de las obras cumbre de la literatura española, se cree que alguna de sus escenas está ambientada en este rincón de Salamanca, que era donde se reunían los amantes protagonistas del libro, aunque hoy en día es más jardín que huerto, al que también acuden los enamorados al tratarse de un lugar romántico ligado a esta trágica historia de amor .



Desde aquí nos dirigimos hacia la Plaza Mayor, sin duda el centro neurálgico de la ciudad, donde se reúnen tanto los salmantinos como los que venimos de fuera, pero sobre todo los estudiantes, que desde hace varios siglos constituyen una parte fundamental de esta ciudad universitaria, a los que describía Cervantes de esta manera tan peculiar en su novela "La tía fingida": "Gente moza, antojadiza, arrojada, libre, aficionada, gastadora, discreta, diabólica y de humor" y así está grabado en uno de los muros de la plaza.


Esta bella y amplia plaza con forma de cuadrilátero irregular, fue diseñada por Alberto de Churriguera en estilo barroco y construida con piedra de Villamayor, fue un regalo del rey Felipe V a Salamanca por su fidelidad en la Guerra de Sucesión y se terminó en 1755. Tiene 88 pórticos con arco de medio punto y medallones que representan a grandes personajes de la historia de España.
Y allí nos sorprende una de las esculturas del artista chino Xu Hongfei, llamada "El Tigre ruge al Viento", que junto a otras, colocadas en distintas ubicaciones, ha prestado el artista a la ciudad, para conmemorar su vigésimo aniversario como Capital Europea de la Cultura y que además fue inaugurada con las celebraciones del año nuevo chino.


Hay tantos edificios históricos en la ciudad que resulta complicado visitar y describir a fondo todos ellos, sería necesario algo más que un fin de semana para dedicarles el tiempo que se merecen. Uno de ellos es la Universidad, fundada en 1254 por Alfonso X el Sabio, es una de las más antiguas de Europa y está considerada una obra cumbre del arte renacentista. Otro edificio destacable es la Clerecía, de estilo barroco, actualmente sede de la Universidad Pontificia, cuyas obras se realizaron entre el siglo XVII y XVIII, es el antiguo Real Colegio del Espíritu Santo de la Compañía de Jesús, estuvo ocupado por los jesuitas hasta que fueron expulsados de España en 1767.


Justo enfrente se encuentra la popular Casa de las Conchas, palacio de estilo isabelino e influencias góticas, que mandó construir don Rodrigo Arias Maldonado a finales del siglo XV. Destaca su fachada con más de 400 conchas, emblema de la Orden de Santiago a la que pertenecía su dueño. Se dice que los jesuitas ofrecieron bastante dinero a don Rodrigo para que demoliera su palacio, ya que éste tapaba la fachada de la Clerecía, evidentemente él no aceptó la oferta y lo cierto es que los dos monumentos forman un bello conjunto arquitectónico tanto de día como de noche.



Algo que resulta bastante curioso en Salamanca es que posee dos catedrales de distintas épocas y estilos, que sin embargo permanecen unidas en un mismo conjunto histórico-artístico. Éstas son la Catedral Vieja y la Catedral Nueva y por esta última comienza la visita; es de estilo gótico tardío, renacentista y barroco, se comenzó a construir en tiempos de los Reyes Católicos, en 1513 y se terminó en 1733, destaca el pórtico de la fachada principal, con una rica decoración plateresca.


En el interior recibe la luz por unas cien preciosas vidrieras, procedentes algunas de Flandes y que muestran episodios de la Biblia. Además consta de cuarenta pilares, cincuenta y dos bóvedas, más de doscientas estatuas y numerosos medallones con profetas, evangelistas y personajes bíblicos. Llaman la atención sus más de veinte capillas dedicadas a diferentes santos, advocaciones de la Virgen y a Cristo, también es bastante llamativa la cúpula de estilo barroco que aporta luminosidad al crucero.


Como las dos catedrales se comunican, desde la Nueva accedemos a la Catedral Vieja de estilo románico, construida entre los siglos XII y XIII, es un templo con planta basilical de tres naves y crucero con forma de cruz latina. Se aprecia el paso de los muchos años transcurridos desde su construcción, pero aun así conserva unos maravillosos frescos pintados en sus muros, en los que se representa a Cristo en Majestad, el Juicio Final y la Virgen Protectora, entre otras escenas de carácter religioso.


No obstante, lo más destacable de esta catedral es su impresionante Retablo de la Capilla Mayor, obra de los hermanos Dalli y que está compuesto por cincuenta y tres tablas, en las que se narran diferentes episodios de los Evangelios, desde el nacimiento de la Virgen María hasta su coronación, cubierto todo por el Juicio Final. Desde mediados del siglo XX preside el Retablo la Virgen de la Vega, patrona de Salamanca.


En el exterior  de esta catedral románica podemos admirar la Torre del Gallo, el cimborrio llamado así porque está coronado por una veleta en forma de gallo. Está apoyado sobre un tambor con dieciséis columnas y treinta y dos ventanas, aparece toda cubierta de escamas, pertenece al grupo de las Cúpulas del Duero y tiene influencias francesas; precisamente el gallo es un símbolo de Francia que significa fe y luz, se cree que pudo ser idea del obispo Jerónimo de Perigord de origen francés, quien promovió la construcción de la Catedral Vieja.


Al terminar la visita de la catedral, justo enfrente, nos encontramos con La Casa de Lis, un palacete urbano diseñado en 1905 por el arquitecto Joaquín Vargas Aguirre para Miguel de Lis. Es uno de los pocos ejemplos de arquitectura modernista que se pueden ver en Salamanca, posee unas hermosas vidrieras y actualmente alberga el museo de Art Decó y Art Nouveau, uno de los museos más visitados de Castilla y León, se abrió al público en 1995 y contiene varias colecciones de figuras de marfil y bronce, de vidrio y de muñecas antiguas de porcelana. 



En Salamanca hay una gran oferta cultural tanto de museos como de edificios históricos y monumentos, pero también una rica gastronomía que merece la pena probar, uno de sus platos típicos es el hornazo, un bollo de pan relleno con chorizo, lomo, jamón y huevo, nada mejor que este contundente plato para recuperar fuerzas después de una larga caminata por esta Ciudad de la Cultura.

Más información en: https://salamanca.es/es/




Comentarios