La villa de Pedraza

Entrar en Pedraza es regresar a un pasado medieval acomodado al presente, un espejismo de tiempos remotos cuya autenticidad queda patente en sus vetustos edificios, en sus calles empedradas, casas blasonadas, soportales, callejones, antiguas iglesias, la defensiva muralla y como en toda población medieval destacada, el imponente Castillo.
Esta villa pertenece a la provincia de Segovia, situada a unos 40 kilómetros de la capital, está considerada Conjunto Histórico Monumental y es uno de los pueblos más bonitos de España.


A Pedraza hay que entrar, literalmente, por la Puerta de la Villa, ya que es el único acceso para personas y vehículos no demasiado grandes, los autobuses no pueden entrar, deben quedarse fuera del pueblo. Subir la cuesta andando y traspasar esta puerta es otro de los atractivos de esta excursión, de esta manera somos más conscientes del contraste que se produce al atravesar este túnel del tiempo.




Sobre el arco de la puerta, con dibujos de ladrillo en estilo mudéjar, podemos ver el escudo de la familia Fernández de Velasco, condestables de Castilla y señores de la villa durante los siglos XV y XVI. Los portones que, durante siglos, se cerraban por la noche para proteger la ciudad, son de madera de álamo negro.
Nada más acceder a Pedraza, a la izquierda, integrada en la misma puerta de entrada, se encuentra la antigua Cárcel de la Villa, un lugar siniestro en el que, en otros tiempos, se cometían verdaderas atrocidades con los presos.


Seguimos nuestro camino hacia la Plaza Mayor, centro neurálgico de la villa que, a finales de agosto, empieza a prepararse para celebrar sus fiestas patronales, en honor de la Virgen del Carrascal y se transforma en plaza de toros. Estos festejos se celebran desde 1550 y en aquellos tiempos, los nobles podían contemplarlos desde los balcones de sus casas.



Llaman la atención las casonas porticadas enfrente de la iglesia, son casas blasonadas del siglo XVI con escudos heráldicos encima de las puertas. Este tipo de casas, en las que se alojaba la nobleza, comenzó a surgir cuando los Velasco eran los señores de la villa, época de esplendor gracias, entre otras cosas, al Concejo de la Mesta, asociación que defendía los derechos de los pastores y a la importancia y valor de la lana de las ovejas merinas. Muchos ganaderos ricos decidieron asentarse en Pedraza, para tener derecho a que sus ovejas pastasen en prados comunales.



Sin embargo, a partir del siglo XVIII, empieza la decadencia de la villa, que proseguirá hasta mediados del siglo XX. Debido a diversos factores, entre ellos, la crisis ganadera, la abolición del régimen feudal y la despoblación del campo, muchas casas se abandonaron y vendieron a bajo precio; entonces, en los años sesenta, es cuando surgió el interés de la gente de ciudad por comprar casas en ruinas para rehabilitarlas como segundas residencias y, de esta forma, se consiguió que Pedraza no permaneciera en el olvido, dándole una segunda oportunidad que ha sabido aprovechar adaptándose a los nuevos tiempos, para vivir del turismo.


Al otro lado de la plaza, no podía faltar su iglesia, aunque en sus buenos tiempos Pedraza contaba con varios templos, actualmente la única que permanece como tal, es la iglesia de San Juan Bautista, de estilo románico en su origen, que al haber sido restaurada en varias ocasiones, acabó evolucionando hacia el barroco, destaca la enorme torre de doble arquería.


Para contemplar con tranquilidad cada rincón y disfrutar del pueblo sin agobios, lo mejor es visitarlo por la mañana temprano, antes de que empiece a llenarse de gente atraída, no solo por su añeja belleza, sino también por la rica gastronomía que ofrecen sus variados restaurantes, ya que Pedraza ha sabido reinventarse y actualizar sus atractivos al presente.


Su singular arquitectura y la perfecta conservación y restauración de sus edificios han atraído, desde hace casi un siglo, a grandes directores de cine para realizar los rodajes de sus películas, entre ellos, Florián Rey, Jaime de Armiñán y Orson Welles. Así como también, varias escenas de series de televisión españolas han sido grabadas aquí, todos recordamos las famosas "Isabel", "Toledo", "Águila Roja" y el conocido anuncio de la Lotería de Navidad de 2013, con Montserrat Caballé, Raphael, Niña Pastori, Marta Sánchez y Bustamante.



Otro evento que congrega a gran número de foráneos es el Concierto de las Velas, que se celebra el primer y segundo sábado de julio, organizado por la Fundación Villa de Pedraza. Con orquestas españolas y extranjeras, hay música para todos los gustos, clásica, coral, sinfónica, de cámara, jazz, flamenco... y como escenarios se engalanan la Plaza Mayor, el Castillo o la explanada de éste, todo el pueblo se ilumina con la luz de miles de velas, lo que ejerce un efecto mágico en las noches de verano de la villa.



En la iglesia románica de Santa María, actualmente en ruinas, abandonada desde el siglo XIX y adquirida en 1926, junto con el castillo, por el pintor Ignacio Zuloaga, se celebraban los actos religiosos para los habitantes del castillo. Hoy en día, todavía destaca la torre del campanario, con su típico nido de cigüeñas y el antiguo portón del cementerio, donde eran enterradas las personas distinguidas de la villa.


Dejo para el final el monumento más notable de Pedraza, su Castillo, antigua fortaleza musulmana del siglo XIII que fue reedificado en el siglo XV y reformado de nuevo en el XVI por los Fernández de Velasco, duques de Frías, aunque se cree que mucho antes, en el lugar que ocupa, ya existió un asentamiento militar romano. Destacan la torre del homenaje, el foso y la puerta de álamo negro con picos de hierro incrustados, está rodeado en su mayor parte por un precipicio, para hacerlo más inaccesible a sus enemigos.
Aquí estuvieron prisioneros durante dos años los hijos del rey Francisco I de Francia, como rehenes del emperador Carlos I de España y V de Alemania, hasta que en 1530 firmaron la Paz de Cambrai o Paz de las Damas, llamada así porque la firmaron Luisa de Saboya, madre del rey Francisco I y Margarita de Austria, tía del emperador Carlos V.


Hoy en día, el castillo pertenece a los descendientes del pintor Ignacio Zuloaga, que lo compró y restauró en 1926, para instalar en una de las torres su taller de pintura y, posteriormente, sus herederos habilitaron la otra torre como museo.
El paisaje que lo rodea añade gallardía y encanto a este lugar, mirador ilustre de la Sierra de Guadarrama, situación estratégica entre el río Cega y el arroyo Vadillo, un emplazamiento que permanece casi inalterable frente al paso del tiempo y nos hace rememorar historias y leyendas de tiempos pasados.


Más información en:


Comentarios