El hereje

El hereje, del escritor Miguel Delibes, es una novela ambientada en el siglo XVI, en el entorno de Valladolid, ciudad natal del autor y a la que describe con maestría para recrear una época en la que ésta fue sede de la corte del rey Carlos I de España.
El protagonista es Cipriano Salcedo, hijo de don Bernardo Salcedo y doña Catalina Bustamante, una familia de buena posición en la ciudad en los comienzos del nuevo siglo, que poniendo todo su empeño en ser padres tardarán bastantes años en conseguirlo.

La vida de Cipriano estará marcada siempre por la falta de afecto de su padre hacia él, motivado por un sentimiento de rencor desde su nacimiento por ser, según don Bernardo, el causante de la muerte de su madre al nacer. Esta ausencia de cariño se vuelve recíproca y el niño, al sentir la frialdad con que lo mira su padre, es incapaz de demostrar una pizca de amor hacia él. La única relación entrañable en su niñez será con su nodriza Minervina, quien es contratada como ama de cría y llega a quererlo como a un verdadero hijo, hasta que don Bernardo decide, cuando Cipriano es todavía un niño, internarlo en un colegio para huérfanos, el Hospital de Niños Expósitos.


Es en este colegio donde el protagonista va formando su carácter y su relación con la religión empieza a volverse un tanto obsesiva, parece no conformarse con los dogmas católicos, su conciencia  no está tranquila y va más allá en sus pensamientos.
Cuando fallece su padre, debido a una epidemia de peste en la ciudad, su tío Ignacio le acoge en su casa donde permanece Cipriano hasta la mayoría de edad, trasladándose después a vivir a la casa paterna y heredando los negocios y las posesiones de su familia. También terminó sus estudios, se doctoró en Leyes y se convirtió en un próspero comerciante, fue en uno de sus viajes de negocios donde conoció a Teodomira, por la que empezó a sentir atracción y poco tiempo después se convirtió en su esposa.

No obstante, Cipriano seguía bastante obsesionado con el tema de la religión y como viajaba habitualmente por sus negocios, acabó conociendo a ciertas personas que a base de largas conversaciones le fueron introduciendo en la doctrina luterana o protestante, que de manera clandestina iba calando en ciertos sectores de la sociedad.
A lo largo de los años, la relación con su esposa se fue desgastando y enfriando, debido a la obsesión de ella por ser madre y no conseguirlo, de modo que él se vuelca cada vez más en las reuniones secretas con sus nuevos amigos que le van instruyendo en la nueva fe, hasta que pasados unos años todo se descubre y es cuando comienzan los verdaderos problemas de Cipriano.
Y es que la mitad del siglo XVI en España no se recuerda precisamente por la libertad religiosa sino por todo lo contrario, eran tiempos del Santo Oficio, más conocido como La Inquisición, se perseguía a toda persona de la que se tuviera la más mínima sospecha de contradecir el catolicismo y de pervertir a los demás con sus propias ideas, se consideraba herejía, aunque coincidiera en el fondo pero no en la forma con la religión cristiana.

Esta obra nos demuestra lo fundamental que es la tolerancia y el respeto por las ideas de cada persona, sobre todo en materia religiosa, algo que hoy en día nos parece tan básico pero que en otros tiempos ha estado tan perseguido y por lo que la propia Iglesia Católica ha reconocido su arrepentimiento, como consta en estas palabras de Juan Pablo II, en 1994:

"¿Cómo callar tantas formas de violencia perpetradas en nombre de la fe? Guerras de religión, tribunales de la Inquisición y otras formas de violación de los derechos de las personas... Es preciso que la Iglesia revise los aspectos oscuros de su historia..."

Comentarios